Mi historia con los fulares y pañuelos es muy larga. Es lo primero que cosí para mi anterior proyecto, la marca de ropa que se llamaba "sietedelonce". Aunque no lo creáis, en esa época casi no se encontraba ese tipo de producto en las tiendas, todo eran bufandas y algun pañuelo, pero siempre destinado a un público más mayor. Hice fulares con puntillas y todo tipo de fornituras. Los lavaba una vez cosidos para que cogieran un aspecto más amoroso, y fui de market en market vendiendo todo lo que hacía en casa. Fue una época muy chula en la que aprendí muchas cosas. De los fulares pasé a los bolsos, y luego a la ropa. En total 5 años.
La cosa es que hace mucho que no me planteaba hacer ningun fular. Mia es bastante calurosa y hasta ahora cualquier cosa al cuello le sobraba, pero hace unos días, al salir de casa por la mañana me pidió "una bufanda que no sea muy grande". Le fui haciendo preguntas para ver que es lo que me pedía exactamente, y mi conclusión fue que quería algo que no fuera muy grueso, algo parecido a un pañuelo.
Aproveché para utilizar muselina gris de I Love Kutchi, hice una blusa en verano y me quedé con ganas de trabajar más este tipo de tejido y me pareció que era el momento perfecto. Para completar, unos pompones que tengo en mi stock de fornituras desde hace mucho tiempo. No os puedo decir de donde son, creo que se los compré a algun proveedor cuando aun tenía la marca de ropa.
No tenía intención de hacer un post, y por eso no tengo casi fotos del proceso, pero recibí tantas preguntas por un Stories en Instagram que colgué mientras lo hacía, que me he animado.
El que yo he hecho no es muy grande, aunque me gusta ese momento envolvente, entendí con sus explicaciones que ella no quería eso. Para más referencias os cuento que Mia tiene 3 años y es una niña muy alta. Corté un cuadrado de 50 por 50, aunque mi intención era conseguir un pañuelo triangular.
Para trabajar mejor con los pompones, los coloqué como más me gustaron y pasé un pespunte para sujetarlos, así en el siguiente paso no me tenía que preocupar por si se escapaban de su sitio. Puse solo en dos lados del cuadrado, así no quedaba muy recargado.
Una vez sujetos, doblé el cuadrado por su diagonal para conseguir el triángulo, y coloqué alfileres por el contorno, poniendo especial atención en las zonas donde el pespunte se iba a encontrar con el volúmen del pompon. Dejé un hueco para darle la vuelta, lo cosí y poco más. Saqué el pañuelo por el trocito que había dejado sin coser, lo acabé con unas puntadas a mano, y después de pasar por la plancha ha quedó ideal.
Ahora viene lo complicado, que Mia se lo quiera poner de verdad!